domingo, abril 15, 2012

Una leyenda en acción.


Una leyenda que sigue dando que hablar: el ARA Fortuna -ARG222- ganador de multiples regatas con su casco construido en madera y entelado, su bella cubierta de maderas nobles, navegando 'tranquilamente' a once nudos por el Rio de la Plata. 
Fotografia.: toma directa, sin retoques.

sábado, febrero 11, 2012

El ojo frio de la Luna, Tercera parte.

Le  tome 3 o mas fotos a la familia -que seguia insistiendo que parecia que viajabamos en un barco- menos mal que el flash compensaba la falta de iluminacion del vagon, mientras le dedicacaba una sentida maldicion a la gente -publica y privada- que no le conviene que este pais tenga trenes en  buen estado.
Buena gente la familia, el trabajador y musico, con su esposa e hijo, volvian de visitar a un pariente que cumple condena en un penal... otra semajanza con el ayer.
Despues miramos la Luna por un rato, como se movia en el cielo, como si un tramoyista oculto la fuera llevando lentamente en su paseo, su solitario derrotero por la cupula del cielo, y la fomacion volvio a saltar y bambolearse. 
Me pare y me pegue a la apertura superior de la ventanilla viendo la cabeza de la locomotora cabecear, el vagon anterior a los saltos e inclinandose; el viento frio que levantaba su irregular culebreo parecia querer barrer los recuerdos del ayer mas lejano y del ayer en una sala de hospital mas fria que la luz de la luna. El niño me pregunto si parecia un barco. "No". ¿Anduviste en barco? "Si. "¿se mueven mucho? "Depende."

Depende de la tormenta. Despues del rayo, una cortina de agua, fina pero tenaz empezo a caer como si el cielo se deshiciera en gotas de agua, y no se veia mucho adelante, podia darme con la muralla de la costa de aparecer porque con esa visibilidad yo o cualquier mortal la veria cuando estuviera a un palmo. Mas sano y seguro ir en diagonal, lo dificil era seguir una linea recta en diagonal sin ver un pomo a la vela, y con olas que aumentaban de tamaño al igual que las gotas de la lluvia. El cielo se deshacia en gotas de litro y medio cada una que retumbaban contra el metal como un tambor de comitre.. Entraba agua y estabamos empapados, nos moviamos en un mundo de agua. Agua arriba y agua por debajo, un nuevo grito desde el baño de "busca la costa". Como que vuelvan a abir la puerta del baño para eso, me van a oir: ya tenia el timbre de voz definitivo y audible hasta por Hellen Keller. Mire a mi padre que se aseguraba que resguardaran bien el producto de la pesca, abundante, y que todos estuvieran bien sentaditos y con los chalecos naranja a mano. Uno de los marineros dormia a pata suelta, el baño seguia ocupado.
Otros relampagos surcaron el cielo, uno cerca para mi gusto o mas bien mi disgusto, pero los entendidos en pezca, tormenta, mar y rio, dijeron que no, que no era nada. ¿Nada? La siguiente ola no la cortamos, nos barrio, nos  lavo, limpio por las dudas que la pesca nos dejara mal olor, pues nos paso por encima, y las siguientes continuaron dejando el exterior al menos bien limpito, y como si fuera poco los pescadores empezaron a pelearse por el baño; y alla fue mi viejo a organizar una alternativa para los mareados. El anunciador de tormenta envio a su hijo abajo, no habia mucho lugar en la pequeña cabina para tantas personas, y mi padre reaparecio como si sacudirse como pandero de gitana fuera lo mas natural para el.

- El nene se marea en auto o colectivo- dijo la madre. Le recomende que consultara un especialista en oidos, por las dudas.- si, es raro, en tren no, a pesar de los saltos y que parece un barco.
- Un barco se mueve mucho mas, pero por las dudas no es recomendable hacer la prueba, salvo la lancha del Tigre.
- Si, es lo unico para navegar que hay por aca- dijo ella- o ilusionarse que esto es un barco....
Con una estructura parecida a las lanchas del Tigre, el catamaran no estaba hecho para la tormenta de la que huia. Chato, plano,  lleno de vidrios, proa ñata, cabeceaba de lo lindo con cada ola, aun con las que nos pasaban  por encima; cuando vi una que superaba mi altura pense que se convertiria en submarino. Ni rastros de la costa, ni tampoco sabia leer cartas marinas, sabia que tenia que ir de A a B y que veia el cielo deshaciendose ante el vidrio... Mas olas de altura, el mar estaba pasando de 'grueso' a 'horrible'. Creo que por unos minutos fuimos un submarino porque una serie de olas pasaron cubriendo todos los ventanales de su finalidad turistica, y lo que mas me llamo la atencion fue el color del agua por dentro: vaya pensamiento que se me ocurrio, cualquier cosa menos que nos estabamos hundiendo, y de hacerlo al menos lo hacia admirando el color del otro mundo. Un 'cuidado' y tres pares de manos aferrando el timon  me hicieron dejar de pensar en interiores acuaticos, porque una ola nos dio de costado -malo, definitivamente- y parecio una eternidad lo que demoro   en enderezarse y con las siguientes que venian ya en todas direcciones, no solo cabeceaba sino que tambien rolaba. Mi viejo se quedo a mi lado, alli arriba. Entraba agua por todos lados, rogaba que sacaran del baño al responsable, pero la nomina de descompuestos se habia incrementado.Genial. No me pregunten por la radio, porque ademas de ni idea de posicion, no funcionaba. De un dia de cielo de cuadro, ahora era un manto como lana gris oscuro, negro en partes, por momentos parecia una noche cerrada y rogue por una estrella, o que la luna me dieran una indicacion. Sabia que los arabes se guiaban en sus naviegaciones con dos simples tablillas, pero para eso se necesita un astro, un punto de referencia, y no lo habia: un cielo empapelado de oscuro, y curiosamente, el agua verdosa, verdinegra, mas clara, cada vez que una ola nos tapaba. Mi viejo se aferro al timon, una  simple rueda de hierro, al ver lo que venia de costado, y mis nudillos quedaron azules al ver lo que tenia al frente y el entendido dijo un 'ah, la mierda'.

Ilustraciones: 
Luna llena. Alyx Faderland. Gowland, Bs. As.Tormenta desde el mar avanzando a Viedma/Carmen de Patagones, cortesia de Susy Mon.
Relampagos en alta mar. en la realidad parecen menos artisticos y mas letales.