sábado, marzo 26, 2011

Entre el cielo y la tierra.

Durante muchos años fue tan solo un pueblo mas, una colonia agricola de extranjeros de maletas vacias de pertenencias y llenas de sueños, si es que las tenian y todas sus posesiones no iban mas alla de un atado con sus ropas. Bajaban de un barco que se habia zarandeado en las tormentas del Atlantico Sur por mas de dos meses, mareados y buscando donde establecerse, donde forjar un porvenir.
Juntos por procedencia, formaron el poblado, uno mas de los tantos que fueron salpicando la Mesopotamia Sudamericana con las caracteristicas de sus paises de origenes mientras que lentamente iban tomando algunas costumbres del pais anfitrion.
Y aqui, bailaron al ritmo de la economia local, la sistole y diastole de la produccion agropecuaria. El camino de acero o el ferrocarril los comunicaba con el gran mundo, podian expedir sus productos, llegaban parientes, gente que se iba...
Hasta que la politica los alcanzo, y hasta ese camino de acero, ese doble cordon umbilical por donde junto con los trenes iban y venian los productos, paisanos, personas, noticias, les fue negado. Arrojados casi al infierno, se reinventaron como un centro turistico basado en el Agua Termal.
La agricultura sigue su curso, mas lentamente, tienen sus propios molinos, el FFCC de cargas no pasa por alli, pero seducen a los turistas con el balsamo de sus aguas y sus atardeceres que hubieran hecho morir de envidia al mismisimo Conrad.
Villa Elisa, Entre Rios, Argentina.